El Merlo antiguo: de fuerte actividad parroquial y un lugar de paso para federales y montoneros
Entre la investigación, la escritura y el documentalismo histórico, Nora Costamagna logró conciliar la perspicacia del ojo del periodista, otorgada por su antigua profesión, con su pasión por la reconstrucción del pasado. El resultado, fue un trabajo exhaustivo que desarrolla desde 1990.
Por Antonella Biondi
Nora Costamagna es historiadora, periodista y docente de Historia y Geografía. Tras la publicación del segundo tomo de su colección “A la luz de los documentos”, avanza con el tercero que complementará su serie de cuatro libros sobre la de Villa de Merlo.
La obra, que se presentó por primera vez en abril, es en realidad una reedición de una investigación publicada en el año 2003.
En la nueva versión, se incluyen acontecimientos históricos de trascendencia tales como el proceso fundacional del pueblo, la organización territorial del municipio, la gesta patriótica, la independencia nacional, la etapa conflictiva entre unitarios y federales, la inmigración europea y la organización nacional y constitucional.
Las fuentes documentales utilizadas, consisten en diarios, periódicos y boletines de Argentina (San Luis, Mendoza, Córdoba, Buenos Aires), Chile y España, junto a más de setenta obras bibliográficas.
En una charla con elchorrillero.com, la investigadora mercedina contó cómo fue el arduo trabajo de la investigación, que significó más de 28 años de revisión documental y se tituló como la colección “Historia de la Villa de Merlo”.
-¿Cómo surgió la iniciativa de escribir un libro sobre la historia de Merlo?
-El proyecto inició en el año 1990, cuando comencé a investigar sobre el lugar. En ese momento yo me desempeñaba como corresponsal en El Diario de San Luis y me conecté con gente de acá con la idea de venirme a vivir a Merlo de forma definitiva.
En realidad yo venía desde el año 1971 de vacaciones, y fue ahí cuando empecé a investigar y viajar al Archivo Histórico para sacar datos de la localidad.
-¿Entonces fue un trabajo que se dio en diálogo con el periodismo también?
-Exactamente, cuando me vine a vivir a Merlo había estudiado periodismo y trabajaba para El Diario, me vine como corresponsal una temporada. En ese momento había empezado a investigar sobre el pueblo y conducía el noticiero del primer canal de la Villa.
-¿Hace cuánto desarrolla esta investigación?
-Desde el año `90, el primer libro fue publicado en el `95. En ese entonces fue un resumen de todo lo que quise hacer en esa publicación, se llamó “Historia de Merlo”. Era mucho más amplio y no quise reeditarlo, opté por hacerlo después en tres grandes trabajos.
Tal es así que el primer tomo tiene más de 360 páginas, el segundo tiene 306 y creo que el tercero puede superar las 500, pero vamos a ver como lo desglosamos para simplificarlo un poco, porque si no va a ser bastante extenso.
-¿Cómo fue el trabajo con las fuentes documentales de Argentina, Chile y España?
-Con la parte externa fue prácticamente a través de internet, solamente viajé a Chile en una oportunidad para buscar documentación, pero después fue todo por contactos vía e-mail. Como esta investigación viene hace años, antes de que existieran las computadoras me manejaba por correspondencia.
Afortunadamente tengo muchos contactos en Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Tucumán de historiadores y genealogistas con los que colaboramos mutuamente.
En el caso de San Luis tuve que viajar muchas veces para ir al Archivo, y permanecer horas para encontrar los documentos.
-¿Qué aportes tiene esta nueva edición?
-Hay fotografías destacadas que son casi inéditas. Creo que sería muy importante que utilizaran el libro los guías de turismo porque este segundo tomo tiene el origen de todas las capillas, y sé que cuando hacen turismo religioso se basan en el origen de la capilla, a quién está dedicada y cuándo es la fiesta patronal. Entonces son datos que son esenciales para la gente que quiera ser guía.
-¿Qué sucesos históricos de Villa de Merlo abordó?, ¿Cuántos años de historia abarca?
-Toda la historia de Merlo viene a ser más de mil páginas en realidad, es toda una colección.
El primer libro que publiqué y presenté el 5 de abril es sobre el Merlo de los siglos XVII, XVIII y XIX, o sea desde antes de la fundación y todo el proceso fundacional, incluye el acta; la llegada de los primeros inmigrantes; el surgimiento de los primeros partidos políticos; los primeros comisionados municipales y la lucha entre unitarios y federales.
En el segundo tomo, retomo la etapa previa a la fundación para ver la repartición de las tierras. En ese momento, en la historia de Merlo apareció un personaje llamado Juan Pérez Moreno, que recibió una franja de tierras muy extensa actualmente conocida como la zona céntrica de la villa. Ahí hizo construir la capilla de la Virgen del Rosario.
Cuando se fundó el pueblo los nietos de Juan Pérez Moreno donaron sus nueve cuadras de tierras para proceder a la organización. En el libro hablo también de las modificaciones que sufrió la capilla en sus casi 3 siglos de existencia.
En el tercer tomo, que es el que voy a presentar el año próximo, abarco el Merlo del 1900, con todos los cambios que sufrió la comunidad en estos últimos años.
-En la historia eclesiástica de Merlo, ¿hay datos a destacar del rol de los capellanes?
– La presencia de los padres dominicos en Merlo, fue prácticamente anterior a la fundación del pueblo. Acá tenían una gran estancia con mucho ganado, y en El Rincón tenían un viejo molino dentro de una zona que se conoce como “El pantano de los chanchos”; lo utilizaban para desviar el agua para moler el trigo y hacer el pan. Esto generó un gran conflicto en su momento con los pobladores que vivían del otro lado, porque al desviar el agua no llegaba totalmente al pueblo. Entonces vino ese altercado entre vecinos y padres predicadores; las contestaciones que se hacían son fantásticas y están dentro de un expediente en el Archivo Histórico. Eso pasó mucho antes de la fundación y está reflejado en este libro.
-¿Cómo evolucionaron el Instituto Monseñor Orzali y el Colegio San Francisco de Asís a lo largo de la historia?
-Monseñor Orzali fue el primer colegio secundario del pueblo y fue una obra del Padre Tissera, que con mucho esfuerzo en ese momento convocó a distintas familias de Merlo, les pidió ayuda y construyó la escuela; fue un trabajo casi comunitario. Él pensaba que era injusto que chicos de 13 tuvieran que ir a hacer el secundario lejos de su familia. Así fue que a partir de un trabajo casi comunitario logró la construcción de la escuela.
En el Colegio San Francisco por otro lado, las hermanas hicieron un trabajo muy importante en el nivel primario que estaba especialmente dedicado a las niñas, después se incorporaron varones.
Cuando se gestó la Ley Federal se quisieron fusionar los dos institutos para convertirlos en el Centro Educativo Pablo Tissera, pero ambas instituciones siempre trabajaron de forma independiente; una como primaria y otra como secundario y terciario en los últimos años, sumándose luego las carreras de Turismo y Magisterio.
-Una parte del libro alude al conflicto entre unitarios y federales. ¿Fue Merlo alguna vez un “punto caliente” políticamente o área de conflicto?
-No. Merlo siempre fue una villa tranquila que vivió separada de los vaivenes políticos de la historia de San Luis; en su momento, fue un lugar de paso para grupos montoneros y personajes como el Chacho Peñaloza.
Fructuoso Ontiveros también fue un referente del federalismo que vivió en esta zona. Toda esta zona y Piedra Blanca inclusive fue frecuentada por ellos, un lugar de paso para todos estos grupos.
-Como historiadora, ¿cuál es la finalidad del estudio de la historia? ¿Cómo cree que nos afecta socialmente el carecer de estos conocimientos? ¿El estudio de la historia lograría evitar problemáticas como la desigualdad social por ejemplo?
-Yo creo que la historia debe mantenerse viva de forma permanente para no cometer los mismos errores del pasado. Es importante tener buena memoria, cuando la perdemos nos condenamos a repetir los mismos errores. Por eso que se producen, y a la desigualdad social precisamente no la va a evitar la historia, sino la buena administración desde el área política. La historia no puede ni debe hacer política, tiene que mantenerse al margen de todo esto.